lunes, 25 de febrero de 2013

Reseñas de la última sesión del Club de Lectura


Reseña de la sesión dedicada a LA FIESTA DEL CHIVO, de Mario Vargas Llosa

            Unanimidad es término complejo, objetivamente (DRAE dixit) expresa ausencia de discrepancias en un grupo de personas sobre un mismo asunto, sentimiento, etc.; pero también con frecuencia, o a veces, se presta a señuelo de enaltecimiento desmedido, medroso o servil, a sospecha.
            La sesión transcurrió bajo el signo de la sincronía, de la aportación de opiniones, reflexiones, argumentos y matices que confluían en el delta del elogio. Desde tres cauces.
            · Unanimidad sobre el contenido.
            El ambiente irrespirable que se desprende de la trama argumental ¾a caballo entre la historia y la ficción¾ es tan verosímil, que hace de esta novela la perfecta radiografía de una dictadura. Todos sus ingredientes y su caldo de cultivo.
            Enseguida, la figura del dictador, o tirano, que supervive manejando con habilidad diabólica el binomio devoción-miedo, en donde toda demagogia tiene su asiento: su servicio y sacrificio por el pueblo exige subordinación incondicional. Así por ejemplo, la humillación de sus colaboradores más directos tiene como único fin poner a prueba la fidelidad. Muestra fehaciente de la vulgaridad mental de la persona o personaje en cuestión.
            Desde semejante cúspide del poder irradia toda forma de maldad, sibilina o soez, de delaciones, connivencias, etc., entre iguales, subordinados, o entre unos y otros, una carrera de obstáculos para encontrar siempre cobijo a la sombra del dictador. Cual si de un entramado burocrático se tratara.
            En un contexto tan duro y cruel, el culto al dictador estaba servido, hasta el punto de celebrar la imposición de su nombre a la capital del país ¾Ciudad Trujillo¾ y consentir su trato obsceno y vejatorio hacia las mujeres.
            El contrapunto a tanta degradación lo pone el personaje de Urania ¾el más humano en toda la expresión del término¾, que huye ante la imposibilidad de enfrentarse. Y poco más, porque ni siquiera entre los conjurados contra el dictador existe un objetivo común: quien por venganza, quien por alcanzar el poder, quien por convicción democrática.
            · Unanimidad sobre la calidad literaria.
            Novela magistral, con una arquitectura narrativa construida de manera espléndida sobre un marco topográfico y sociológico real. A lo que hay que añadir el acierto en la fórmula empleada para atrapar la atención del lector (de estos lectores): una especie de desarrollo cinematográfico de la historia, con cambios bien medidos de escenarios, que multiplican los puntos de vista sobre los acontecimientos narrados a la vez que imprimen a estos un proceso de aceleración.
            Particular atención y dedicación merecieron los personajes. Por su abundancia y exhaustividad, hasta el punto de considerar, a pesar de perfiles tan nítidos, que la resultante sea un personaje colectivo.
            No obstante, la caracterización física, psicológica, patológica y moral-inmoral de ciertos personajes, y sus consecuentes actitudes y comportamientos, necesariamente pasó por el tamiz de los contertulios. Como la personalidad libre aunque traumatizada de Urania, el grupo voluntarioso y heterogéneo de sediciosos con causas dispersas y el alma descarnada del dictador y su cohorte de sicarios multifunción. De estos últimos mereció especial reprobación el personaje de Balaguer: con paciencia extrema aceptó el menosprecio e incluso el insulto, la misma que en coalición con su inteligencia y astucia le llevaría al poder. El personaje más miserable en la consideración de los asistentes. 
            · Unanimidad sobre el mensaje.
            Entiéndase el mensaje recibido, que no necesariamente tiene que coincidir con el pretendido por el autor, claro, aunque puede; y también en sentido genérico, porque hubo más de una conclusión.
            Se habló del valor pragmático del miedo; es decir, de cómo el poder, político o de otro tipo, utiliza el miedo como recurso de control. También de que los personalismos, con culto al jefe incluido, parecen receta frecuente en América Latina para afrontar el gobierno del país, probablemente fruto de una ancestral herencia (in-)cultural (es bien sabido que la salvación de un país pasa por la cultura y la educación).
            Asimismo, fue importante motivo de análisis lo que vino a denominarse complicidad colectiva: la gente, el pueblo en su conjunto, renuncia a la libertad en su concepto más profundo y noble, algo parecido al comentario acomodaticio del tipo “en realidad, no estamos tan mal”. Lo que sitúa al término ‘unanimidad’ bajo sospecha, ya apuntado al principio de esta reseña.
            Pero, bien es verdad que un sentimiento motriz planeó a lo largo de la sesión. Con momentos de intensidad punta o distensión valle, pero siempre continuo, fascinante y hasta turbador a veces. ¿Cómo precisarlo?: una cierta atmósfera de insatisfacción embargaba el ánimo de las intervenciones. Como si en buena parte de las opiniones que se sucedían subyaciera un objetivo implícito, insistir a sí mismo (a sí mismo también) y a los demás sobre las consecuencias nefastas del ejercicio tiránico del poder, dejar bien patente ¾en cabal comunión con el narrador¾ el absoluto rechazo a tan despreciable forma de ejercer el poder sobre el pueblo, y por tanto, disparar y volver a disparar libertad contra la opresión. Cada intervención, consciente o inconscientemente, atizaba las tripas de la dignidad del ser humano y de las convicciones democráticas. El grupo de esta sesión aunado en personaje colectivo dando la réplica al representado en la novela.
                                                                 Fdo.:  Ricardo Santofimia Muñoz

3 comentarios:

  1. Gracias Ricardo.
    Y ahora mi comentario.
    Además de recoger la sesión como "personaje colectivo"(un acierto, un hallazgo), tu reseña es también un buen estudio literario de la narración. Cualquiera que desee leer esta obra, puede recurrir a tu crítica que, aunque posterior a la sesión del club de lectura, sirve perfetamente para introducirse en la novela y desear leerla.
    Me quedo con la frase:"Lo que sitúa al término únanimidad´bajo sospecha..."qué nos quieres decir exactamente...?
    Un saludo muy afectuoso.
    Y, de nuevo, gracias. LOLA ALONSO

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    1. Bien, voy a intentar explicarme mejor:
      En el párrafo inicial introduzco un segundo concepto de 'unanimidad': "pero también con frecuencia, o a veces, se presta a señuelo de enaltecimiento desmedido, medroso o servil, a sospecha". A esto es a lo que me refiero cuando en el penúltimo párrafo hablo de "la complicidad colectiva" del pueblo: no deja de ser una forma de unanimidad, pero, claro, "bajo sospecha", o sea, peyorativa, sin el sentimiento positivo con el que he ido manejando el término a lo largo de la reseña.
      Por lo demás, quedo muy agradecido por tus comentarios.
      RICARDO.

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  2. Gracias Ricardo: 'Ole!, ¡Ole! y ¡Ole!. Así da gusto, leer y releer. Un abrazo. Quety

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